Para calmar y proteger la piel sensible, adopte un ritual suave y minimalista que respete el equilibrio de la piel:
1. Limpiar suavemente
Por la mañana y por la noche, utilizar elJabón de mango y aguacateresultante de la saponificación en frío. Este proceso preserva la glicerina natural y los beneficios de los aceites vegetales, para una piel suavemente limpia. Ayuda a reequilibrar la flora cutánea, sin resecarla.
Para desmaquillar, prefiera elAceite desmaquillante, más respetuoso que el agua micelar, a menudo demasiado agresiva. Termine siempre con un enjuague con agua de manantial de bajo contenido mineral para neutralizar la cal y el cloro del agua del grifo.
2. Hidrata por la mañana y por la noche.
Sobre la piel limpia y seca, aplicar la Crema Hidratante Piel Sensible de textura ligera, sin perfume y sin alérgenos. Utilice movimientos circulares ligeros para promover una penetración profunda. Su fórmula orgánica alivia el enrojecimiento, calma la irritación y fortalece la barrera cutánea.
Si tu piel es mixta o tiene imperfecciones, opta en su lugar por la Crema Hidratante para Piel Mixta.
3. Proteger y corregir
Todas las mañanas, aplica protector solar SPF50+, incluso en días nublados. Actúa como escudo frente a las agresiones externas y ayuda a prevenir el enrojecimiento y la sequedad.
De 1 a 2 veces por semana, dale a tu piel unmascarilla hidratantepara fortalecer la hidratación profunda.
Además
Incorpora probióticos y una dieta estacional, rica en omega 3, para actuar sobre la microbiota intestinal, íntimamente ligada al equilibrio de tu piel.