Johanne Defay, la primera surfista francesa en consolidarse al más alto nivel internacional, forjó su carrera en un entorno exigente, donde las mujeres suelen enfrentarse a más obstáculos. En este artículo, reflexiona sobre su trayectoria, los desafíos que enfrentó, la ocasional falta de apoyo y las desigualdades que aún existen en este deporte. También habla de sus motivaciones: el apoyo de su entorno, el deseo de progresar y la convicción de que es posible ser atleta, mujer y madre sin renunciar a nada. Un relato inspirador de la realidad que enfrentan muchas atletas hoy en día.
Johanne Defay, ¿quién eres?
¡Tengo 31 años, soy surfista profesional y pronto seré mamá!
¿Cómo describirías tu infancia?
Yo describiría mi infancia como pacífica, amorosa, descalza, con el trasero en la arena bajo el sol tropical de Reunión.
¿Hubo algún momento decisivo que marcó tu carrera en el surf? Cuéntanoslo.
No, no hubo un punto de inflexión. Fue más bien un proceso en el que me di cuenta de que cumplía cada vez más requisitos para llegar allí. El deporte de alto nivel es una apuesta arriesgada, sobre todo en una disciplina como el surf. Seguí mi pasión, me sacrifiqué por ella, recibí el apoyo de mi familia y seres queridos en los momentos adecuados, y a la larga, valió la pena. Pero en el deporte, es difícil saber si vas a obtener el premio por todos tus esfuerzos.
¿Puedes contarnos sobre algún momento o período difícil en tu carrera y cómo lo superaste?
Creo que el periodo de mayor injusticia que viví fueron los pocos años que pasé sin el apoyo financiero de una marca de surf. En aquel entonces, solo las marcas de la industria del surf apoyaban a los surfistas profesionales; era más difícil diversificar, y sin apoyo financiero, mis resultados tenían que aportarme lo suficiente para cubrir mis gastos de viaje y mantenerme, así que la presión era alta. Pero lo más duro fue la injusticia, porque ya era el número uno europeo, y los surfistas de menor rango recibían más apoyo que yo. Durante esos años, me centré en lo esencial: mi rendimiento. Entrené mucho física, mental y técnicamente. Me centré en las personas que me eran queridas y que estuvieron ahí cuando la industria y el mundo del surf no lo estaban. También busqué ayuda fuera del surf con un preparador físico que entrenaba a triatletas y un preparador mental que entrenaba a corredores. Salí del mundo del surf y me abrí a los demás. Creo que, en retrospectiva, me formó; aprendí a tomar mis propias decisiones y a responsabilizarme de ellas incluso cuando nadie cree en ellas.
crédito de la foto CNOSF
En el documental "¿Campeonas, mamás y alors?", que muestra la evolución de la condición de las deportistas de alto nivel y se centra en el reto de una maternidad sin igual, vemos que aún queda mucho camino por recorrer para sentirse libre en la maternidad como deportista de alto nivel. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
Es un gran documental y muy representativo de las disparidades que puede enfrentar el deporte de alto nivel. Somos conscientes de que el apoyo no es el mismo independientemente de si tu deporte es olímpico o no, ni de la infraestructura a la que tienes derecho o no. El hecho de no vivir en París te obliga a gestionar, estés embarazada o no. Creo que existen disparidades según el deporte. Esto se basa en los presupuestos asignados generalmente, que dependen del número de licenciatarios, el número potencial de medallas olímpicas, etc. Hay que rellenar los campos. Como atleta y embarazada en este momento, este documental me inspira mucho; estos viajes son realmente fascinantes y me conmueven profundamente. Espero estar a la altura para volver también al máximo nivel. Y es demostrando que es posible y compartiendo estas experiencias que otros también lo harán. Como surfista, no tengo acceso a instalaciones como el INSEP (Instituto Nacional del Deporte) y tengo que gestionar sola con mi entrenadora para adaptar el entrenamiento, ya sea en intensidad por ahora o en organización más adelante, cuando mi hija esté aquí. También nos corresponde investigar y crear un equipo médico que se adapte a mis necesidades, para encontrar el equilibrio perfecto entre el entrenamiento y un buen embarazo para la salud del bebé. En resumen, hacemos lo que podemos. Es una apuesta arriesgada, ¡y me parece bien!

¿Qué te inspira?
Muchas cosas: la naturaleza, las carreras de deportistas y emprendedores. Me encantan las personas que se entregan por completo a lo que hacen, que tienen una sólida ética de trabajo y una visión a largo plazo. A mi esposo, por su diligencia, su capacidad para fijarse metas y perseverar en ellas, y sus valores. A mi madre, por su inmensa bondad y su entusiasmo por la vida.
¿Alguna vez has hecho realidad uno de tus sueños?
¡Sí, mucha suerte! ¡Tengo mucha suerte! Pero además, he podido vivir de mi deporte durante más de 14 años. Tengo una relación sana y enriquecedora, aunque nada siempre es color de rosa. ¡La oportunidad de ser madre está a la vuelta de la esquina!
Y habiendo cultivado el arte de los placeres sencillos para que como mi madre, tenga alegría diaria por muchas pequeñas acciones cotidianas.
Tu ritual de belleza
No se me da muy bien esto, pero últimamente uso un sérum hidratante, sobre todo en países con mucha humedad, porque las cremas no penetran lo suficientemente rápido y dan calor (en Reunión, por ejemplo). Sin embargo, cuando estoy en Francia, añado una crema hidratante además del sérum porque el clima es bastante seco. También uso el Aceite Nutritivo de Pétalos de Rosa para la barriga y el cuerpo durante el embarazo. Y el protector solar FPS 50+ para la cara, todos los días.