No, nuestra piel recibe rayos UV cada vez que está expuesta a la luz del día. El envejecimiento provocado por los rayos UV, además de provocar arrugas, hace que la piel pierda luminosidad y transparencia. Esto se debe a vasos dilatados y a una infinidad de micromanchas pigmentadas; El resultado es una tez turbia llamada heliodermia.
Además, en invierno la crema tiene un papel protector contra el frío y las inclemencias del tiempo.
Por último, para quienes padecen melasma o máscara del embarazo, nuestro protector solar, que contiene pigmentos ferrosos, está especialmente recomendado para combatir la luz azul de las pantallas.