Cosmética convencional: grandes promesas
Desde hace ya varios años, los cosméticos convencionales inundan nuestras revistas y pantallas, ofreciendo hermosas promesas para nuestra piel. Eslóganes que aún resuenan en nuestras cabezas, ideales femeninos retocados con Photoshop, ofertas promocionales casi permanentes, la cosmética convencional nos hace creer que un desmaquillante de 3,85 euros puede cambiarnos la vida. Pero ¿este desmaquillador que me promete una vida mejor me cuida? ¿Es bueno para mi salud? ¿En qué condiciones se fabrica? ¿Su embalaje es bueno para el planeta? Las marcas industriales, cegadas durante mucho tiempo por su fuerte reputación, nos han impedido tener este razonamiento. Nunca lo diremos suficiente: recuerda leer la composición de tus productos e intentar descifrar las listas para entender lo que estás poniendo en tu piel ( este artículo puede ayudarte ).
Tomemos el ejemplo del aceite mineral, que se encuentra muy a menudo en las cremas humectantes. En la cosmética convencional se utilizan como pseudohumectantes. Forman una película oclusiva que impide la evaporación natural llamada transpiración. Esto promueve la aparición de comedones y modifica la película hidrolipídica natural de la piel. El aceite mineral es en promedio 10 veces más barato que el aceite vegetal básico. El uso exclusivo de aceites vegetales tiene un impacto directo en el coste de la fórmula.
Pero entonces, ¿son realmente efectivas las cosméticas naturales?
¡La respuesta es sí! (obviamente). En la cosmética orgánica, cada ingrediente se selecciona con el máximo cuidado para garantizar la pureza y una calidad excepcional. Un aceite vegetal orgánico de primera presión en frío es muy bien asimilable, su estructura es cercana a la de las células de la piel. Aporta numerosos principios activos, ácidos grasos (omega 3, 6, 9) y fitoesteroles.
Sí, comprar un producto orgánico es más caro. Pero detrás de ese precio se esconde una exigencia, una experiencia, una historia. Y con esta historia, un deseo de ofrecer al consumidor una solución eficaz para cubrir sus necesidades. Conduciéndolo hacia un estilo de vida más saludable, respetuoso con las personas y el medio ambiente. Optar por una cosmética natural significa elegir excluir productos tóxicos de tu baño para proteger tu salud pero también la naturaleza. ¿Qué planeta dejaremos a nuestros hijos? La agricultura ecológica es un método de producción que, por definición, respeta la biodiversidad y los equilibrios naturales.
La alianza de la experiencia médica y la naturalidad
En Alaena, nuestra misión es seleccionar ingredientes naturales de vanguardia, extraerlos y maximizar su concentración en nuestros productos. Luego, cada ingrediente se elige con precisión, por su reconocido rendimiento y su afinidad con la piel. En particular aceites vegetales y ceras vegetales que sirven como excipientes. Nuestros métodos de extracción preservan las cualidades naturales de las materias primas, vitaminas, antioxidantes y aminoácidos esenciales. En nuestros productos, el ácido hialurónico proviene de la fermentación del trigo, presente en nuestra Crema Hidratante Antiedad . Las vitaminas y los antioxidantes se extraen de plantas o semillas germinadas como el lino y la chía. Nuestro Jabón de Mango y Aguacate se elabora mediante un método tradicional de saponificación en frío, en un taller de Pau. Conserva todas las cualidades de las materias primas y produce de forma natural glicerina, una sustancia hidratante altamente nutritiva. Toda nuestra fabricación se realiza en Francia y, por respeto al medio ambiente, privilegiamos el vidrio para nuestros envases.
Ésta es nuestra visión de la cosmética, una auténtica promesa de eficacia y seguridad.
Artículo escrito por Margaux, equipo de Alaena, el 17 de marzo de 2019.